
Libros de ayer y hoy
El adjetivo “canalla” significa ruindad, vileza, bribonería, bajeza, infamia y felonía.
Y para desgracia de los ciudadanos mexicanos, desde que llegó al poder el partido oficial, Morena, hemos sido víctimas precisamente de incontables canalladas de sus gobiernos.
Sí, millones de mexicanos víctimas de la ruindad, la vileza, bribonería, bajeza, infamia y felonía de los tres órdenes de gobierno –federal, estatales y municipales–, y de los Tres Poderes de la Unión; –Ejecutivo, Legislativo y Judicial–, que en los hechos se han convertidos en verdaderas cuevas del crimen organizado.
Un Estado, como el Estado mexicano, atrapado por mafias criminales que lo mismo se alzan como “narco-presidentes, “narco-gobernadores”, que “narco-legisladores” y, por supuesto, “narco-jueces”.
Y viene a cuento el tema porque los pasados viernes 1 y sábado 2 del naciente mes de agosto del 2025, los mexicanos pudimos atestiguar ejemplos de impensables canalladas del gobierno de “la señora presidenta” Sheinbaum.
Sí, a lo largo y ancho del país pudimos comprobar la ruindad, vileza, bribonería, bajeza, infamia y felonía de un gobierno que, sin pudor y sin vergüenza, nos enseña lo que será el “nuevo Sistema Judicial Mexicano” y “la nueva política de transparencia”.
Gobiernos que –a golpe de timón–, convierten a criminales en figuras públicas y futuros legisladores y que confirman que “la transparencia” de las felonías oficiales nunca será una realidad.
Y es que, en efecto, en días pasados vimos estampas cuya nitidez retrata a la perfección el tamaño de las canalladas a las que están dispuestos a llegar los gobiernos del partido oficial, Morena, no sólo para beneficiar a sus aliados, sino para ocultar sus crímenes y a sus criminales.
Verdaderos retratos hablados de “la justicia a contentillo” con la liberación de un presunto criminal, como Israel Vallarta y, por otro lado, la confirmación de que el “lopezobradorismo” aniquiló al Instituto Nacional de Transparencia, el INAI, no por corrupción y menos por ineficacia, sino para que los pillos de Morena pudieran robar a manos llenas, sin que nadie pueda acceder a los datos oficiales de los ladrones y de lo robado.
Pero vamos por partes.
Resulta que el viernes 1 de agosto del 2025, el gobierno federal anunció –con “bombo y platillos” –, que luego de un proceso judicial de 20 años, el secuestrador, Israel Vallarta, fue liberado por órdenes de la jueza Vieyra Valdés Mariana, empleada Judicial al servicio de Palacio; la misma que por consigna condenó a 90 años de prisión a una hermana de Xóchitl Gálvez.
La jueza decidió que no existían pruebas contra el secuestrador Vallarta, a pesar de que la ex secretaria de Gobernación y ex ministra de la Suprema Corte, Olga Sánchez Cordero, en su momento le dijo a Carlos Loret que el secuestrador Vallarta seguía preso no sólo por una causa judicial –de secuestro–, sino por lo menos por otros tres testimonios del mismo delito.
Lo ridículo del tema es que Vallarta salió de prisión perfectamente adiestrado para convertirse en figura mediática que dio entrevistas a los medios más vendidos al régimen, al tiempo que se lanzó contra Carlos Loret y hasta llegó al extremo de amenazar con buscar una senaduría.
Está claro que se trató de otro distractor ordenado desde Palacio, para desviar la atención sobre las trapacerías del “narco-gobierno” federal que pierde popularidad de manera acelerada.
Y es que a los responsables de Palacio y de Palenque cada día les cuesta más trabajo –más dinero y más aliados–, alejar la atención mediática de sus felonías.
Por si fuera apoco, el segundo escándalo apareció en la primera plana del diario El Universal, del sábado 2 de agosto del 2025, en donde investigaciones periodísticas concluyeron que las solicitudes de acceso a la información –sobre las felonías cometidas por los pillos de Morena en el poder–, no son atendidas en más del 99.6% de los casos.
Dicho de otro modo, resulta que las raterías de los gobiernos de Morena quedan y quedarán impunes en un 99.6 % de los casos, lo que significa que los ciudadanos no sabemos, no conocemos y no sabremos el tamaño de las raterías de los gobiernos de Morena, en casi el cien por ciento de los casos.
Lo que sabemos, sin embargo, es que el Poder Judicial y la impartición de justicia serán utilizado a contentillo, mientras que se ocultan todas las raterías de los gobiernos de Morena.
Y por eso la pregunta obligada.
¿Ya entendieron el tamaño de la tragedia en la que vivimos?
Al tiempo.
EN EL CAMINO.
Por cierto, hoy queda claro que la separación de Pablo Gómez de la Unidad de Inteligencia Financiera, la (UIF) de Hacienda, fue una exigencia de Donald Trump a “la señora presidenta”. Por eso, muy pronto conoceremos las raterías y complicidades de la pandilla criminal de “Los Gómez”. Al tiempo.