Indicador político
La verdad no estábamos acostumbrados a decisiones que mostraran vocación de gobierno. En un difícil momento en que normalmente se evaden las decisiones oportunas y contundentes en defensa de los pilares de las libertades ciudadanas, lo de hoy fue algo que hace mucho no se veía.
El gobernador de Sinaloa Rubén Rocha mostró el carácter de quien sí está fogueado para entender que las promesas sin acción y determinación no sirven.
Cesar del gobierno a un colaborador como Héctor Melesio Cuen, tiene varias lecturas pero la prioritaria es demostrar que el ejercicio del periodismo es imprescindible en un sistema de gobierno que se sustenta en la legitimidad democrática. Es innegable.
Por supuesto que también ratifica su mando. El ejercicio de gobierno requiere de la palabra firme y de la disciplina de los colaboradores para ganar respeto institucional de los ciudadanos al gobierno.
La solicitud del gobernador Rocha De retirar querellas contra los periodistas, era para todo el aparato de servicio público, y no podía haber excepciones. Fue una instrucción para ser acatada por quienes se comprometen a formar parte del cuerpo de la administración pública local. No era una consideración optativa o una simulación de las que los ciudadanos se sienten defraudados.
Concretamente el ex secretario quiso demostrar que para él no aplicaba la sanción advertida. No entendió que el gobierno necesitaba de confianza en el tema de la protección concreta a los periodistas. Siguió en su agenda personal, afectando una política constructora de respeto; su enfoque individualista alimentaba resabios y una doble moral; del finado Luis Enrique Ramírez, declaraba que era su amigo. Pero mantuvo los procesos de vendeta.
Hoy Rocha no se equivocó. Ponderó la vida institucional de Sinaloa por encima de las presiones de los cotos de poder.
Eso, ni más ni menos esperamos los ciudadanos sinaloenses y quienes con nuestra opinión formamos a través de nuestro trabajo un sistema que exige compromisos irrestrictos con la libertad de expresión.