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CULIACÁN, Sin., 14 de mayo de 2025.- Desde que tenía 11 años, Paola Beltrán Mendoza supo que su vida estaría ligada a la gimnasia.
Lo que comenzó como una simple curiosidad por aprender, pronto se transformó en una meta clara, la de llegar a competir profesionalmente y representar con orgullo a su estado y a su país.
Hoy, a sus 29 años, Paola mira hacia atrás con gratitud.
No solo cumplió aquel sueño de niña al participar en competencias nacionales e internacionales, sino que desde hace 13 años se ha dedicado a formar a las nuevas promesas del deporte sinaloense, acompañándolas desde sus primeros pasos hasta sus primeros podios.
“Me siento muy orgullosa de haber representado a México como gimnasta, pero ahora como entrenadora, los logros de mis alumnas los siento como míos”, comparte con emoción.
Paola recuerda con especial cariño su primera competencia como atleta profesional: un torneo regional en La Paz, Baja California, donde obtuvo el primer lugar.
Fue ahí donde reafirmó que la disciplina, la pasión y el esfuerzo tienen recompensa, y que Sinaloa tenía en ella una digna representante.
La transición de deportista a entrenadora no fue sencilla, ya que mientras estudiaba la licenciatura en Cultura Física, comenzó a impartir sus primeros entrenamientos, aprendiendo a equilibrar sus estudios con la responsabilidad de guiar a otros.
“Fue complicado, pero a la vez enriquecedor. La carrera me ayudó a entender mejor los fundamentos técnicos, a crear rutinas más efectivas y a cuidar el desarrollo físico y emocional de los niños”.
Su formación académica, sumada a la experiencia en el gimnasio, le ha permitido trabajar bajo un enfoque integral, donde la preparación física, la nutrición, el acompañamiento psicológico y hasta la terapia física, cuando es necesaria, son parte fundamental del camino hacia el alto rendimiento, además de todo eso, lo más importante sigue siendo la actitud, disciplina, compromiso y mente positiva.
En su camino como entrenadora, también ha vivido experiencias internacionales, uno de los retos más importantes fue participar en un programa de intercambio en Estados Unidos, donde, además de enfrentarse a la barrera del idioma, tuvo que adaptarse a una terminología distinta en la gimnasia.
Pero lejos de desmotivarla, eso la impulsó a seguir creciendo.
“Me permitió fortalecer conocimientos y conocer nuevas técnicas de enseñanza que ahora aplico en mis entrenamientos”, aseguró.
Convencida de que el talento existe en cada rincón del estado, Paola considera que para impulsar la gimnasia entre las nuevas generaciones es fundamental crear más espacios y oportunidades para practicarla.
“Muchos niños podrían llegar lejos si tuvieran la posibilidad de pasar del entrenamiento recreativo al competitivo”.
Su visión no se detiene ahí, ya que sueña con seguir capacitándose, no solo para perfeccionar su método, sino también para diseñar programas de entrenamiento centrados en el bienestar físico y mental de los atletas.
Antes de concluir, dio un mensaje lleno de motivación a quienes apenas inician este camino: “No dejen pasar la oportunidad de dar lo mejor de ustedes. Cada esfuerzo los acerca a sus metas. Sigan intentando, siempre un paso más”.